Salimos en los papeles

El número de Octubre de la revista Fórmula Todo Terreno publica la prueba de nuestro Toyota Land Cruiser. ¡Qué alegría! Para cualquiera que la lea, parecemos lo que no somos: un equipo con infraestructura, experiencia y medios que desarrolla un plan ambicioso.
Como el objetivo de este blog es contar las interioridades y las emociones de una temporada de carreras, toca hablar de cómo se hace una de estas pruebas. Que es mucho más sencillo de lo que parece.
Quedamos para la sesión de fotos en un lugar precioso cuya ubicación no puedo revelar, ya que aun está a salvo de talibanes del CO2 (también llamados ecologistas) y del Seprona, pero que era muy conocido por el probador de la revista. Un terreno ideal para las fotos, con pistas rápidas y duras con poco agarre, pinares con fondo de arena y algún desnivel fotogénico.
Una sesión de fotos consiste en hacer el recorrido de unos 300 metros que indica el fotógrafo, dar media vuelta y repetirlo en sentido contrario. Luego otra media vuelta y repetirlo. Y otra y otra vez. En cada pasada el fotógrafo está en un sitio diferente, para obtener fotos distintas con fondos distintos, y lo más importante es no mirarle nunca, porque entonces la foto queda fea. Se repiten las pasadas hasta que en una de ellas uno se encuentra al fotógrafo haciendo señas y al parar le dice: “Aquí ya tengo algunas buenas. Vamos a otro sitio”.
El dar muchas pasadas a los mismos 300 metros puede resultar aburrido salvo que se contemple como un entrenamiento, que es lo que hice. Unas veces estiraba la segunda y otras cambiaba a tercera, unas pasadas las hacía con el diferencial central suelto y otras bloqueado,… Y así todas las combinaciones que se me ocurrieron. Aprendí dos cosas útiles: una, que al salir de curvas lentas no vale la pena llevar la primera hasta la zona roja, sino que es más rápido cambiar antes a segunda (más o menos lo que hacía “Rocket” Ron Haslam con las 500 de GP). La segunda es que en terreno arenoso con el diferencial central bloqueado el coche es angustiosamente subvirador, y me tocó ver algunos pinos demasiado cerca hasta convencerme. Esta prueba me vino muy bien ante los rumores de que la especial de la Baja Africa se iba a disputar en la arena de la playa, y ya sé cómo actuar.
Aprovechamos también la sesión para grabar algunos vídeos con una sencilla cámara compacta, ya que la revista ofrece un curioso sistema: al acercar un teléfono móvil a determinada zona de la página de la prueba, se descarga automáticamente un vídeo sobre el teléfono. Inserto junto a esta entrada dos de esos vídeos, porque creo que ambos son interesantes y merecen un comentario.
Vídeo 3El primero está grabado en una de las zonas ya mencionadas, de pinar con fondo de arena, rodando entre 2ª y 3ª con centralita, a un ritmo que sería el 80% del de carrera. Cuando veía vídeos de pilotos de verdad rodados con cámaras a bordo, me admiraba esa velocidad de manoteo, ese permanente movimiento de manos. Al ver este vídeo concluyo que no soy Walter Röhrl, pero que manoteo bastante más de lo que esperaba.
Vídeo 8El segundo vídeo es sorprendente por lo contrario: parece que voy parado. En realidad estiraba la segunda hasta 4.200 rpm y pasaba a tercera, al llegar al zig-zag que casi no se ve en el vídeo, frenaba y reducía a segunda. La curva a la derecha la tomaba aun con agarre, pero al girar a la izquierda pisaba fuerte y el Land Cruiser salía deslizando. En cuanto estaba recto, tercera a fondo y apretaba los dientes, para pasar a tercera casi de pie sobre el acelerador, con el motor rugiendo, para llegar a unos 80 km/h a la subida de arena, con la sensación de que iba de frente contra la Gran Muralla China. Como ví el vídeo en la pantalla de la cámara nada más grabarlo, no me podía creer la sensación de lentitud que transmite.
Una vez acabada la sesión de fotos y vídeos, volvimos al pueblo, donde recibí un regalo que los urbanitas de estómago exquisito sabemos apreciar: tomates, pepinos, calabacines, zanahorias, acelgas y una enorme sandía, todos recién cogidos de la huerta. La sandía y las zanahorias encontraron acomodo en la red portacascos de la parte trasera del Land Cruiser; los calabacines, los tomates y los pepinos se situaron entre la parte trasera de los bacquets y el refuerzo del piso. Y el mejor sitio para que las acelgas llegaran enteras a casa era entre el extintor del copiloto y el pedal de los trips. Y así acabó la sesión de pruebas: cociendo acelgas y preparando crema de zanahorias.


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